Ramon Ribera y Lluvià hace más de treinta y cinco años que está vinculado con Esclat Grup Social, y desde hace cuatro, preside la entidad. Es padre de Cristina, una chica con parálisis cerebral que actualmente vive en la Residencia Esclat Marina, a pesar de que empezó desde muy pequeña en la escuela Esclat.
¿Cuál fue tu primer contacto con Esclat? ¿Cómo conociste la entidad?
Conocimos Esclat por recomendación del Doctor Ponces del Centro Piloto. Nos dijo que era el lugar donde nuestra hija estaría mejor tratada y cuidada. Al principio, Cristina iba a otro centro, pero cuando tenía 8 o 9 años empezó en el centro Esclat que estaba situado en una torre de la Calle Anglesola de Barcelona.
¿Cuando entraste a formar parte de la junta directiva?
En la primera reunión que tuvimos con Esclat, Lola de la Fuente, que entonces era la directora, me animó a entrar a la junta, y desde el primer día que Cristina entró en la escuela, ya estuve implicado.
¿Por qué crees que es importante estar implicado? ¿Por qué has continuado?
Cuando tienes un hijo con discapacidad, y te dan el diagnóstico, es un golpe tan duro que no sabes qué hacer. A finales de los años setenta, cuando nació nuestra hija, no había prácticamente nada. Cuando tomas conciencia de esta situación, de esta carencia de oferta de servicios para atender este tipo de patologías, es fácil ponerse en la piel de otras familias que se encuentran en una situación similar. Como que te sientes implicado, tienes ganas de colaborar con lo que buenamente puedas y el hecho de poder ayudar a otras familias da mucha satisfacción.
Y otra razón, por la cual continúo formando parte de la junta directiva y el patronato de la entidad, es porque hay muy poca gente que se quiera implicar…
¿Por qué cada vez es más difícil que las familias se animen a formar parte de la junta directiva? ¿Hace cuarenta años se implicaban más que actualmente?
Ahora, muchas familias vienen dirigidas desde la administración o desde otra entidad, y tienen todos los servicios a su alcance desde que su hijo es pequeño hasta que llega a la etapa adulta. Nosotros solo teníamos la escuela. Quizás si nosotros nos lo hubiéramos encontrado hecho, no nos habríamos implicado. Lo tuvimos que construir todo desde cero.
¿Cuáles son los pilares fundamentales de nuestra entidad?
Los pilares fundamentales de Esclat son, en primer lugar, el bienestar de las personas usuarias, en segundo lugar, el apoyo a las familias y, en tercer lugar, la preocupación que tenemos para que la inclusión sea un hecho real y no una utopía.
Finalmente, el cuarto pilar es la gran implicación y profesionalidad de nuestros trabajadores y trabajadoras, desde el primero hasta el último.
¿Por qué es importante que Esclat forme parte de las federaciones, como Dincat o la Fepccat?
En primer lugar, para poder hacer oír nuestra voz, nuestras inquietudes y nuestra problemática. En segundo lugar, nos permite hacernos más fuertes en el sector para reivindicar los derechos de las personas con discapacidad. Todas las entidades juntas tenemos más fuerza ante la administración y ante la sociedad en general.
Además, el hecho de relacionarnos con otras entidades también nos enriquece, compartimos experiencias…
¿Cómo ha evolucionado la inclusión de las personas con discapacidad en los últimos 40 años?
Evidentemente ha evolucionado. Hemos ganado en visibilidad y oportunidades en el ámbito laboral, gracias a la Lismi, que justo ahora hace 40 años que existe. Se han hecho avances, pero todavía falta bastante para que haya una inclusión efectiva de las personas con discapacidad y sobre todo, de las personas con grandes necesidades de apoyo. Pero se ha avanzado…
El sector de la discapacidad ha sufrido mucho en los últimos años (crisis económicas, pandemia de la Covid-19). ¿Qué piensas de la situación de infrafinanciación que sufren las entidades? ¿Cómo crees que se tiene que solucionar?
Las entidades del tercer sector estamos sufriendo una infrafinanciación endémica. Continuamente salen en los medios de comunicación que hay algunas que están en peligro de desaparecer o que tendrán que ser absorbidas por otras. ¿Cómo podemos luchar contra esto? La principal arma es continuar hablando con la administración, insistiendo, y si hace falta, salir con las personas con discapacidad en la calle a decir que las entidades ya no podamos más.
¿Por qué razón el sector de la discapacidad, no recibe la misma financiación que el sector sanitario o el educativo?
Somos un sector mucho más minoritario y nos quejamos poco.
Además, otro factor que nos desestabiliza mucho, es que, como estamos infrafinanciados, los sueldos de los trabajadores son bajos y tenemos mucha rotación. ¡Les sale más a cuenta ir a trabajar a la sanidad pública o en algún otro sector que en una residencia de personas con discapacidad!
¿Cuáles son los principales retos en los próximos años?
En el caso de Esclat, el principal reto es mantener la calidad de los servicios que estamos dando hasta ahora e intentar mejorarlos, dentro de nuestras posibilidades. Y también, mantener la ilusión, dedicación y entrega por el trabajo que tienen nuestros profesionales.
En cuanto al sector y la sociedad en general, hay que continuar mejorando la inclusión de las personas con discapacidad.